"...si a este ritmo de marea alta continúa voy a desaparecer completamente
me volveré un coral negro y rojo de nocturna espera,
respirando así, me haré una roca con centinelas estelares
y en las noches al morir la mirada en la liquida pantalla de la luna
o cuando la cera cubra todo mi cuerpo nunca olvidaré

todas las noches por momentos la grave sombra trémula de tu cuerpo se asoma desde el balcón
derrite mi voz
me escurre la fuerza para gritar tu nombre y cuando lo hago solo el silencio de sepultura me envuelve de sombra

aún,
sigo esperando en la rivera del río azul donde hundías tus pies
antes de caer el sol
cuando contabas peces de plata
uno o tres dorados
al pie del farol ciego del callejón donde nunca nos dijimos adiós

mientras guardo horas de humo en los bolsillos planetarios de este viejo camisón
voy levantando con silbidos plumas verdes o rojas
andando unas las guardo en las alas del sombrero y otras en tu corazón
desde las callejuelas mudas anudo secos corales muertos a los cueros de mi caballo ensillado,

en veces amanece
y olvido el escondite donde entierro la luz y sombra de tu balcón...

 

Ventana lunar de tus mareas 

Amaca del arenal decantador vacío 

Desatando nudos, vertiendo la nada 

Canteras verdes de olvido 

calor de redes sin peces de viento

Contando horas crepusculares en tus ojos

Escalera del madero hinchada en salmuera de botellas llenas 

Atando nubes de pinceles vertidas en la ventana 

Mesedora rota para hilvanar nuestros corazones en el vaivén de la ola 

De tus pasos al despertar donde ya no te espero… 

 Dilatando el protón de par en par

 los caballos a la mar, 

cinturón de de Orión 

Fuego amanece

sendero colgado de abismos 

Espero baja la hora caída en tus párpados

Peninsular encierro al borde de tus palabras

submarinas las tintas de tu piel

Al candor de tus cabellos 

Al espesor de tus anclas partidas …

Tu reiterando del ir u venir en desgajes 

tu encierro acantilado de uñas 

Papeles en fulgores velas en alas de cera 

 

 Lápida viva instauración del ser en la roca 

De una sonrisa onírica a una voz

 arena comisura salda paladar afortunado

Lengua infinito sabor a sol lunar e tus

Mareas 

 

Tierra Maíz de mi corazón te dejo Milpas de Sol

de sabor

A los ganchos con las pieles profanadas

A los dados aventados de tus viejas manos al cuero

El que se hace externo

de tu latir al romper nuestros corazones 

Nos regresa a la casta perdida

a los tumultos evaporados en tu piel de verano

Agua de Lunas en tus cabellos, Agua de Sol…

Colorido de tu Alma resuena en el infinito 

mil noches ya no son suficientes en tu espalda

Esos vientos de tus alas vuelan ya en hombros 

si abro los ojos ya no estás allí 

Nos recuerda a la rambla desgranada

La última lluvia recopilada privilegiada

Pan de mis amores, te dejo en paladares

y regresamos al momento escueto

La tempestad olvidada

Nos recuerda las almenas perforadas

Agua de Sol en tus labios, Sol de agua

Gaviota de un sueño en tu pensamiento

Tempestad 07/mar/16

La tempestad olvidada 11/05/22

Cúmulos

Parece que nos hemos iniciado en un viaje sin vuelta, un armatoste 

y estrecho estallido de luz, de dolor y el apetito deber de la razón,

Caen los telones de tus soles pues mañana no te has de despertar

sin proa ni popa, con sogas elevadas a la quinta y el camino real

pues caes con un corazón que danza luz y sombra, dolor del tambor

Allí estamos en el retablo de espera, allí en el ruido del Poliforúm desnudo

Se nos va olvidando a quien teníamos a un lado, ese fulgor de todos los días

y se va disolviendo por mirar tanto por estar tan abajo, hallé en ese oscuro

Nos decimos adiós pues en esta noche y todas las mañanas seguiremos dando de qué platicar

y vuelve a ver la sangre en nuestras lágrimas, en nuestros pechos

Sin una arma más que la del silencio del remanso de nuestros huesos

Allí el que nos sostiene sin puente y sin diarios solo un trago.

que nos dan vida para dejarla pasar en las piedras de ningún cimiento 

La tierra adentro de las páginas olvidadas de todos estos Barrios

Allí en el pasillo oscuro de nuestros ojos de tu respirar al hierro

y esa pequeña tarde que de rojo va pintando tus labios al calor del polvo.  

Montañas

Nos hacemos entonces uno con la noche, con tu miedo y tu deseo 

Segunda generación que ya había experimentado con la templanza

No hay fin de camino, solo este paraíso perdido entre ruinas ocultas

No hay luz de Luna, solo estos nubarrones que vuelan en las puntas de los cerros

y el derrumbe del refugio.

Yo, la campana de la segunda etapa de lo que hoy día se ha de llamar  

El hierro forjado manteniendo a los herreros de La

Se refugia de nuevo la voz en la noche y deja paso al sonoro latir del pulso de tu mirada

De herramientas tan útiles como las empuñaduras de ciudades acuñadoras como Lisboa y Toledo

Entre tus piernas desnudas, en las rocas que duermen al frío nocturno, fluye la vena de la tierra, allí en esa escalinata el apantle 

 

El misterio de la piedad

Dios fue manifestado en carne

recibido arriba en gloria

desangrado el vaso de la sangre que se esparció en vano

el agua enturbia la claridad de tus manos

dedicando a los gentiles

creído en el mundo

quebrantado el lugar de tu nacimiento

justificado en el Espíritu

visto de los Ángeles

Cuando nos durmamos

Escarabajo, Rana, Lagartija y Escorpión 

 

Agua de Sol

TÚ Sol me derriba en cada mirada, ecos del refugio

  risa petrificada cada paso en la caverna, el deseo en cada despertar,

Te has ido y vuelto una vez más, cada noche de mar alta, cada día sin ti es lo mismo.

 

Ya llegará algún tiempo que el agua de sol brille como las estrellas en tus oídos, 

cuando lleguen a ti estas líneas encerradas de hambre, frío, dolor y calor en el vidrio de tu ventanal congelado. 

Van los malos sueños de oscuras noches quebradas, azules y submarinas, que no nos pertenecen, que se han robado nuestros mundos,

Espero algún día caer entre tus sonrisas, tus ojos cósmicos y que tu dorada espuma nocturna cobije mi dormir. 

Arena del decir adiós incontables veces cuando cae el sol en el río,

La mar de garganta infinita consuelo absoluto, tormentas en mi silencio.

Albatros a la espera en tu pensamiento, viento de tu cielo infinito vuela de regreso a mi, 

cangrejos de nuestro andar.

Todas las noches la tercera roca y la luz, reflejo colorido de tu alma 

resuenan en el infinito latir del encuentro al romper nuestros corazones en la ola. 

Desde la azotea

    Cuatro puntos cardinales, un cielo basto y limpio 

al Sur tus ojos, cristalinos y simétricos; 

al Norte el plano de las líneas de luz y sombras en los peñascos de colinas en los valles del porvenir; 

al Este la oración y meditación de madrugadas frías y largas,

 besos de fuego y tus hombros en mi pecho; 

al Oeste las nubes lejanas que se mecen en tus cabellos, la caída de agua en las piedras de río

 en tus sueños.

    Desde la azotea 

te recuerdo con el silencio y el remoto cruzar de trenes, 

noches sin sueño de risa vespertina, 

te recuerdo con luces de ciudad que son el vago billete de la memoria

 cuando dormíamos juntos

 con la vía láctea y el visor periférico de tu corazón.

    ¿Soy la azotea de tu mente? 

    Espacio donde puedes estar sola y conmigo.

    Soy tus noches de lunas llenas y los amaneceres en tus ojos. 

Soy el respiro de tu cuerpo y el llamado al siguiente viaje. Soy, pues, tú desde la azotea.