Río abajo del muelle flamingos vuelan
en camino de herradura
el arrastre del sueño.
Río arriba el aserradero
abajo del deseo la lluvia del fuero
no hay indulto solo el del corcel.
Nuestros perros con el corazón de la noche
rebaños predios en astilleros
manantiales de lagrimas.
manantiales de lagrimas.
Allí en el derrotero de las barrancas
al pie del sabino donde la cruz clavada
sin el oro de tus ojos en el ahogado corazón.
En el caminoreal de color solar en tu piel
al doblar el hierro de tu boca quemada
perdido el remo abordando la deriva en la mirada.
Sin el corcel del Marqués quebrada la espada
y por escudo restos de las huestes de la calavera en el morral ensangrentada
pero ahora reímos a la sombra de las palmas en rama de negro amate y cayucos podridos.
Las raíces retorcidas en el hocico del manglar
y el caiman nocturno en los colmillos de tu abandono
pues río arriba extraviamos al escudero y mapa.