Letras nocturnas embotelladas flotan
río abajo desgastan mi sueño
piedras errantes de madrugada
rifan destino dentro de mis talones
último peñón colonial camino sangrando
exprime gotas de agave atemporal en tu pecho
respira lento exhala las rafajas del vendaval
Trashumar vertiendo aguas estancadas
inhala la soledad frente de sudor nuca de alborada
piletas rebosantes de atrios estupefactos desolados
Sueño de veladoras estupefacientes consumidas
suelos hipnóticos pulidos de peregrinos ennegrecidos
tejados tejidos de lluvias remanentes almohadillas herbales
carga de cruz a lomos de caballerías de tiro
costras nómadas de yermos teñidos de bestias solares de antaño
diáfanas playas barracas y ventanas quebradas
Cañadas dormitorio de Eolo,
eneregias renovables adormecidas en humo sonoro
cantos de vapor piedras incandescentes danzas nocturnas
Beber el calor corriente, lava que aflora en la saliva
garganta seca sacia el trago Teseo ungiendo el yugo
apetito errante inhala el humo despliega los vientos planetarios futuros
fogón de alacrán distante el pozo de agua dulce testar opción alguna
calcina lenguas saltea el viandante minotauro labrador de derroteros
tesar poleas cartografía obscura expediciones carpa astral bitácora a luz velas
tumbado con astrolabio en mano reconociendo la luz de tus recuerdos
espejismo desmayo por el sol remachando
sentado en postres remendando riatas
remangado en pedregales solares
noches de trancas dilatando pupilas y puertas corales
asaltos trotando a mata de cuero
sudor reblandece la memoria
tiernas tierras envueltas en pencas
a cuestas inmortal la memoria
de aquel que nunca abandona.
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