Montañas caminas

Ya de noche al escurridero del camino, con luces en la negrura celeste en lo mas profundo de la cañada caminamos dando los últimos pasos, alejándonos de toda propiedad, así la marcha de poder nos va dejando después del movimiento a ciegas y de ir a tientas llegando apenas con la lluvia en todita la piel.

No hay fin de camino, solo este paraíso perdido entre ruinas ocultas.
No hay luz de luna solo estos nubarrones que vuelan bajan y bailan en las puntas de los cerros y el derrumbe del refugio.

Entre tus piernas desnudas en las rocas que duermen al frío nocturno
Fluye la vena de la tierra, allí en esta escalinata de apantle
Empedrada y el tacto de tus manos, de tu piel en zábila
Bálsamo, ungüento de alivio interno, y resplandecen las formas
Las que inducen a un caminar oscuro aún mas incierto.

Y después se refugia de nuevo la voz en la noche y deja paso al fuerte latir del pulso en tu mirada
Se llega a un secreto por medio del sereno, escurrido y reflejado en tus ojos.

Y de noche nos vamos queriendo hacer de tierra misma y sentir que lo sabemos todo
Y que nos creemos montanas altas de bajas colinas y laderas
Ya en esta noche nos escondemos en esta parte de la sierra, con un fuego bajo
Con un momento dorado, sin nagual.
En esta noche somos monte que vela al trueno y que camina por territorios y pelea por regresar al lugar de la sangre de su sueño.

Nos hacemos entonces uno con la noche, con tu miedo y tu deseo
Nos hacemos esta noche nada, solo un destello del fuego intenso que sigue rojo en las brazas de tu alma…

nubes del adiós y del encuentro

estas noches de frío del infierno ya no nos pertenecen
te atiende de noche el miedo y a medio día nos buscamos de nuevo
como en la mañana que no te puedes y no te quieres levantar de ese exuberante destierro

en el río que algún día se unirá con la otra orilla por imposible que sea
y así decidimos que del corazón de tantas espinas nos podemos regalar solo la mas auguda

y nos saludamos como aquellos viejos amigos del sueño
de la mañana a la media noche nos dependimos de nuevo

tan fácil como un despertar en alborada que nos corre por la piel
en una madrugada en la que se nos olvida que seguimos lado a lado
durmiendo en veces juntos y solos como las cruces del templo
en el monte de tus párpados de la noche, solos y fríos...

es por eso que te invito a montar nubes de adiós y del encuentro
te invito a la orilla del río a media noche
la orilla que se una con la otra como tus labios al deseo
buena noche como cuando dormimos juntos
mano con espíritu en esta noche estrellada de colores

01/05/10