De las Casas de Poder

Buen día, abre mis ojos, dame tu sol

posa tus manos en el centro del sueño

buen día abre mi manto, ilumina tu sonrisa

estrecha tus piernas en mi cintura obscura.

Buena noche,  cubre mis pasos en fragmentos de luna

detened el tiempo en el centro de la tarde

Buena noche, abre tu garganta, ilumina mis oídos 

estrecha tus brazos en mi cuello, aparece en mis sueños.

Buen día, abre mis piernas, dame tus latidos

vierte la miel de tu mirada en mi pensamiento

Buen día,  responde a mi llamada, enciérrame en tus manos

estrecha tus píes en mis rincones y dame el fuego de tus pasos...

ALACAZAR II

Las selvas de tus latidos en mi mente, la saliva de tus aullidos, el perpetuo caminar de regreso de aquellos sueños. 
Trémula luz del fuego viejo en los libros del sendero, tu luz de sal en canto desnudo y bañado en sudor,

Piedras del fuego, regresaste al encuentro de la entrega, manifestación de las cuentas que cuelgan en tu pecho, tu plexohumo blanco del recuerdo,

Resuena la caja torácica legado de garganta en llamas.
No hay medicina que la del corazón en la mejoría del adiós,
y aprendimos que las grandes sendas del amor son nuestras,

 Los días pasados de arrojo, son los vuelcos, 
mirar con otros ojos, sentirte en el torrente del sueño, con otra piel...

La junta de tus piernas y el  regreso a los ratos de sueño
las vidas mismas que guardas debajo del sol gitano de tus ojos
allí me voy a pasear, a lo simple del camino en
tu amor, tu rencor, tu adiós y mil bendiciones.

Al camino simple del mañana y la madrugada en tus altas y bajas
en agua de tu espalda de fuego acento del tiempo
camino de noche de fuego y humo en tus espejos arriba y abajo
más cerca me voy a pasear con tus pies, volaré tan alto como tú.

Regresivamente el átomo de mis pulmones en espiral infinita
la noche única de soledad que guardas en tu vos en tu aliento
pues vamos a sentir el paisaje mas desnudo como tu vientre
más cerca nos vamos a pasear en lo mas alto de tu marea .... 

encuentras los puntos del sueño, al mirarte de espaldas la sombra se hace humo, saberte presente en el fuego del cielo mas negro, en el crujir de las ramas al viento, y las rocas del acantilado golpeando por el infinito de tus ojos...feliz regreso a casa.

cierras mis ojos con tu boca de agua,
sobre mis huesos llueves, en mi pecho,
hunde raíces de agua un árbol líquido,
voy por tu talle como por un río,
voy por tu cuerpo como por un bosque,
como por un sendero en la montaña
que en un abismo brusco se termina
voy por tus pensamientos afilados
y a la salida de tu blanca frente
mi sombra despeñada se destroza,
recojo mis fragmentos uno a uno...
vv. 64-74